Por la dejadez de algunos de nuestros nuevos gobernantes.
Han pasado ya varios años desde que intentaron destruir Praileaitz I, al principio con una excavación de urgencia, escarbando con metodología arqueológica para después volar la zona sin más miramientos, con el beneplácito del Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa (DFG), lo mismo que hicieron vilmente en 1989 con la cueva de Praileaitz II, situada a una cota superior. Lo tenían bien planificado.
En el año 2000 la DFG dijo: se considera imprescindible continuar con la investigación arqueológica hasta el vaciado completo de la cueva ....», sin tener en cuenta que el proceso de deslinde en la zona costera llevaba ya dos años de expediente, desde mediados de 1998.
Basado en un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) realizado por la empresa Zeleta de forma incorrecta e ineficaz, tampoco se tuvo en cuenta el proceso de deslinde costero, ni en la resolución de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de finales del año 2000, ni en la resolución de la concesión de la explotación minera de mediados del año 2001 (por la que se se otorgaron 6 cuadrículas mineras, por un plazo de 30 años, renovables hasta los 90 años)
Hubo importantes deficiencias técnicas tanto de quienes realizaron la EIA como por los que tenían la obligación de velar por su cumplimiento eficaz, el Gobierno Vasco (GV). Por ambas partes, cada una con su responsabilidad.
Cuando en agosto de 2006 aparecieron los primeros indicios de las pinturas rupestres, los responsables de la DFG y del GV ocultaron la noticia con todos los medios a su alcance, incluso las pusieron en evidente peligro permitiendo hacer voladuras con explosivos a escasos metros justo en la misma vertical de la cueva, todo ello con el beneplácito de los Departamentos de Cultura y de Minas del Gobierno Vasco, hasta que una vez filtrada a los medios por MNT tuvieron que mostrar la cruda realidad. La importancia de la cueva de Praileaitz saltó a los medios de comunicación y todos pedimos la paralización de la actividad canteril para poder proteger el patrimonio cultural. Aún así continuamos.
El colectivo de artistas se unió con el objetivo de reivindicar el patrimonio artístico e histórico. Después muchos otros colectivos, incluso personas de casi todos los ámbitos alzaron sus voces contra la barbarie y el sinsentido de mantener la explotación minera a escasos metros de la cueva. El único colectivo que no movió ni un dedo fueron los políticos, algunos de los ineptos políticos con los que nos ha tocado convivir en esta época histórica.
Desde el Gobierno Vasco se decretó una protección tan escasa que daba vergüenza leerla hasta para quien era insensible con el patrimonio. El Decreto 120/2007 regulaba aspectos que no eran de su competencia como la explotación minera y en contra de la Ley de Costas de rango superior. Un bodrío que aún está recurrido por la empresa explotadora y que todavía no se han atrevido a modificar.
Al menos cinco leyes afectan la zona y el citado decreto se las comía de un plumazo:
• Ley 22/1973, de Minas.
• Ley 22/1988, de Costas.
• Ley 7/1990, del Patrimonio Cultural Vasco.
• Ley 3/1998, General de Protección del Medio Ambiente del País Vasco.
• Ley 1/2006, de Aguas.
Denuncia tras denuncia, superando todas las barreras y muros administrativos a cargo de personas prepotentes, se logró proteger algo mas la cueva, los 100 metros de servidumbre costera, pero nada supuso de escarmiento, ni contra los funcionarios y cargos públicos que habían permitido explotar a la empresa en la zona fuera de su ámbito competencial, ni contra los propios agresores del patrimonio, aquellos que ocultando datos habían desmochado el monte Praileaitz a escasos 30 metros de distancia de las pinturas, mediante explosivos con permisos otrorgados irregularmente.
Todas las administraciones cercanas miraron hacia otro lado en uno u otro sentido, el Ayuntamiento de Deba, con su Alcalde al frente al otorgar las oportunas licencias a mediados del año 2002 y no hacer ninguna vigilancia o seguimiento del ámbito de explotación tal y como obliga la Ley 3/1998, también la Diputación Foral y el Gobierno Vasco y, solo la Administración estatal por medio de la Dirección General de Costas de su Ministerio de Medio Ambiente levantó la alarma y obligó a la Agencia Vasca del Agua a actuar sobre aquello que no querían hacerlo, todo ello no de oficio sino por la denuncia presentada por MNT.
Los medios informativos han tenido durante años la noticia en sus páginas, todos los medios informativos han mostrado de una u ota forma con bastante certeza la noticia que aún sigue siendo importante. Unas pocas pinturas y unos pequeños grupos culturales han puesto en entredicho el funcionamiento pueril, lento e inepto de varios departamentos administrativos, sobre todo el de Cultura del Gobierno Vasco, que trabaja con premisas decimonónicas bajo la débil Ley 7/1990. El resto de Adimistraciones públicas no se salva, porque algunos juegan a dos bandos.
El Departamento de Cultura de la Diputación Foral, bajo las órdenes de personas sin escrúpulos, han quitado el chocolate al loro. Han suprimido hasta las investigaciones arqueológicas, con razones vagas, burdas, perversas y nada convincentes, por la sencilla razón de que molestaban los testigos en la zona, porque al estar por allí los científicos ocupándose de la excavación eran ojos que contaban lo que pasaba. El poder de la empresa explotadora ha tomado cartas en el asunto y marcado los tiempos. Aunque la cueva es patrimonio no se permite que nadie llegue hasta ella. Ahora la zona está cerrada y nadie puede saber lo que pasa por allí, incluso podrían haberse destruído las pinturas y nadie saberlo, hasta que les interese contarlo. La Diputada de Cultura ostentará este título para siempre: la que prohibió investigar en la cueva de Praileaitz. Por venganza, ho hay otra explicación.
El nuevo ejecutivo vasco sigue atado y amordazado. Hace varios meses ha aparecido otra cueva en Deba con pinturas parietales, la denominada Astigarraga y nada hay regulado sobre ella porque no se atreven a mover un dedo puesto que el área de protección que deben regular está en el aire: el entorno. Todo se mantiene igual, pesa mas la actividad canteril que la defensa del patrimonio cultural, aunque aquella tenga grietas por las que se puede ir a pique. Los oscuros intereses que unen al conocido grupo constructor con determinado sector político son bastante claros y ya no son tan oscuros, aunque mantienen las espadas en alto para intentar obtener pingües beneficios, no solo por su actividad, sino también por el posible cese en la zona.
A la hora de hacer cuentas, objetivo empresarial de la actividad canteril, hay que discernir lo que han roto o excavado de forma ilegal, la cantidad de piedra caliza que se han llevado en unos 6 años de explotación en la zona y lo que pierden o dejan de ganar con sus derechos por la concesión administrativa otorgada de forma irregular. Hay que hacer la cuenta de la vieja. El patrimonio es público y la piedra caliza también.
Entonces ….. ¿Por qué se mantiene en Sasiola la actividad minera que afecta a la cueva de Praileaitz I?
Paralización actividad de la cantera de Sasiola: YA.
MNT
Deja una respuesta